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Sarmiento, el maestro que nació con la Patria

Martes, 12 de septiembre de 2023 00:24

Esta columna de homenaje a uno de los hombres más destacados de nuestra Historia Nacional va también como gratitud a maestras y maestros de la Patria -cuyo día se celebró ayer- desde la enseñanza inicial hasta la universidad y en particular a quienes educan en la “enseñanza inicial”, porque deben modelar esa franja de “pequeñas y hermosas personitas” y emplear la magia del amor, como única herramienta posible de llegar a la mente y corazón de los que mañana serán mujeres y hombres constructores de un futuro promisorio. Felicitaciones, maestras y maestros, en un día de tanto simbolismo.

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Esta columna de homenaje a uno de los hombres más destacados de nuestra Historia Nacional va también como gratitud a maestras y maestros de la Patria -cuyo día se celebró ayer- desde la enseñanza inicial hasta la universidad y en particular a quienes educan en la “enseñanza inicial”, porque deben modelar esa franja de “pequeñas y hermosas personitas” y emplear la magia del amor, como única herramienta posible de llegar a la mente y corazón de los que mañana serán mujeres y hombres constructores de un futuro promisorio. Felicitaciones, maestras y maestros, en un día de tanto simbolismo.

Ya, un Grande de la Junta de Mayo de 1810, Mariano Moreno, navegaba a su destino final y dejaba una semilla, al sostener en un escrito: “No hay más digno de la atención de los magistrados, que promover por todos los medios la mejora de la educación pública”; y otro integrante de la misma Junta Patriota y con iguales objetivos, el General Manuel Belgrano, quien rumbo a la Campaña del Paraguay llevaba su preocupación por educar a las poblaciones y terminará donando 40.000 pesos fuertes, premio de guerra por las batallas de Tucumán y Salta, para la construcción de cuatro escuelas en: Santiago, Tucumán, Jujuy y Tarija. Con la impronta de este legado por la educación, nace Domingo Faustino Valentín Sarmiento, el 15 de febrero de 1811, en San Juan de la Frontera, pequeña población de tres mil habitantes, con sencillas casas de adobe y calles de tierra. Fue el quinto de una familia de 8 hermanos, cuatro mujeres y cuatro varones cuyos padres fueron don José Clemente Sarmiento y doña Paula Albarracín.

Nacer en una época donde todo estaba por hacerse, desde definir qué clase o tipo de gobierno es el mejor para el país y cómo llegar a su construcción. Ya en 1813 se había convocado a una Asamblea Constituyente, donde se dictó la llamada “libertad de vientre”, a partir de ese momento todo hijo que nacía de una esclava era libre. Se prohibía la tortura y tormentos. Se dictó la libertad de prensa, la extinción de tributos, mitas, yanaconazgo, mayorazgos y títulos de nobleza. Se prohibió el servicio personal de los indígenas. Se impulsó la acuñación de una moneda nacional; se aprobó el Escudo e Himno Nacional, pero no se dictó ni una constitución ni se proclamó la Independencia de España; hechos que producirá el Congreso de Tucumán, en 1816. Año en que Domingo Sarmiento cumplía su ingreso a la Escuela de la Patria en San Juan, llamada antes Escuela del Rey

Muy joven, a los quince años creó con su tío José de Oro una escuelita en San Luis, un lugar de San Francisco del Monte llamado Pucuro, donde enseñaba, a la vez que atendía un negocio familiar. A los 18 años se incorporó a una fuerza militar de unitarios, al mando de Aniceto Vega y José María Paz y tuvo su bautismo de fuego en la batalla de Niquivil. Sufrió cárcel y destierros a Chile. Durante su lucha política tuvo una acción destacada en el periodismo, tanto en San Juan, Buenos Aires, como en Chile. A los 28 años fundó el Zonda en San Juan y no paró hasta el Censor en 1885, tres años antes de su muerte.

El periodismo le sirvió para difundir sus ideas y atacar a sus enemigos, como a Juan Manuel de Rosas. También se destacó como escritor de una importante obra literaria. Entre sus libros más conocidos podemos mencionar dos del año 1845: “Método Gradual de Lectura” y “Facundo o Civilización o Barbarie”; “Educación Popular” (1849) y dos de 1850: “Recuerdos de Provincia” y “Argirópolis”; “Campaña del Ejército Grande” (1852); “Vida del Chacho” (1866) y “Vida de Dominguito” (1885). Para comentar muy breve tomamos “Argirópolis”, como una mirada de posible actualidad, uniendo a Paraguay, Uruguay y Argentina, aprovechando la cuenca fluvial del Litoral, como un centro de desarrollo económico y fortalecimiento de un mercado regional.

Por supuesto que en todas las propuestas sarmientinas estaba la acción y cuando llegó a la presidencia la que desplegó con mayor fuerza fue la educativa, porque estaba convencido como los fundadores de la Patria, desde 1810, de que la construcción de una gran nación sólo se logra imprimiendo fuerza y pasión a la Obra Educativa. Dentro de su mandato presidencial no debemos olvidar que se produjo el fin de la Guerra de la Triple Alianza (Brasil, Uruguay y Argentina) contra el Paraguay, con consecuencias dramáticas para el país guaraní, 1.500.000 de habitantes, al fin de la guerra quedaron 250.000 entre mujeres, ancianos y niños. Al regresar las tropas a Bs. As. trajeron la fiebre amarilla y muerte para más de 14.000 personas.

También en la guerra murió su hijo adoptivo, Domingo Fidel, en la batalla de Curupaytí. Al final de su obra se sumó la discriminación a su persona, recurriendo a epítetos despectivos: “El negro o el loco Sarmiento”. Dijo José Ingenieros, en “El Hombre Mediocre”: “Ningún americano ilustre sufrió más burlas de su ciudadano”... Todo esto trajo el intento de magnicidio, por dos hermanos italianos de apellido Guerri, porque falló al explotar el arma. El atentado se produjo el 23 de agosto de 1873. Lo muy lamentable de nuestra Historia Argentina su repetición, en los siglos XX y XXI, contra líderes y presidentes argentinos.

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