¡Hola chicas y chicos, y no tan chicos, estudiantes de mi tierra jujeña! Felicitaciones por este hermoso día de la Juventud Estudiosa, desde los más pequeñitos hasta los más grandes, incluso adultos en los colegios nocturnos y en las universidades. Todos son estudiantes de este sueño escondido, que se llama Jujuy y que se enciende mágico y distinto, cada vez que los lapachos dorados y el borracho yuchán con sus copos blancos, llenan de pureza al azul septiembre y al amor que nace en todos los corazones juveniles, rodeados de las flores más bellas.
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¡Hola chicas y chicos, y no tan chicos, estudiantes de mi tierra jujeña! Felicitaciones por este hermoso día de la Juventud Estudiosa, desde los más pequeñitos hasta los más grandes, incluso adultos en los colegios nocturnos y en las universidades. Todos son estudiantes de este sueño escondido, que se llama Jujuy y que se enciende mágico y distinto, cada vez que los lapachos dorados y el borracho yuchán con sus copos blancos, llenan de pureza al azul septiembre y al amor que nace en todos los corazones juveniles, rodeados de las flores más bellas.
Y ya que hablamos de flores no podemos dejar de nombrar a una “legendaria reina”, de hace justo cuarenta y tres primaveras: Karen Hallberg, Reina de los Estudiantes Jujeños y luego Nacional en 1980. Por supuesto, que desde entonces y antes, hubo muchas y otras reinas, pero a nosotros nos interesa Karen, porque ella no es una “reina más”, es una persona que después de haber conocido los dones y las alegrías de la Fiesta de los Estudiantes Jujeños continuó con sus estudios y con mayores compromisos frente al mundo del conocimiento. Cuando egreso del Colegio Nacional en diciembre de 1981, ya tenía decidido que su vocación era la ciencia e ingresó a la carrera de Ingeniería Electrónica en su ciudad natal de Rosario de Santa Fe, dos años antes de ingresar al Instituto Balseiro, donde rindió examen de ingreso y aprobó. A partir de 1984, realizó la licenciatura y luego el doctorado en Física, junto a su esposo que también terminó su doctorado. Ambos viajaron a Alemania, por cuatro años, con sus dos hijos y becas del Conicet, haciendo investigaciones. Además, a esta “reina científica” le gusta el deporte al aire libre, nadar en aguas frías y navegar en kayak, hacer trekking, bicicleta y apasionada por la música toca el violonchelo.
Recibió en marzo del 2019 el Premio L’Oreal-Unesco para mujeres en Ciencia. Es un premio que reconoce el trabajo de mucha gente, estudiantes, colegas y profesores. En esa oportunidad destacó: “Es el resultado de la educación pública que recibí (ella cursó el nivel primario en la escuela ‘Manuel Belgrano’ de nuestra ciudad, la secundaria en el Colegio Nacional ‘Teodoro Sánchez de Bustamante’, el nivel Superior en la Universidad Nacional de Rosario, para ingresar luego al Instituto Balseiro de la ciudad de Bariloche) y del apoyo de las instituciones científicas-tecnológicas del país, de la Central Nacional de Energía Atómica, del Conicet, del Instituto Balseiro, de la Universidad de Cuyo y de las Agencias Financiadoras, como la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica”. Dice Karen que el premio que recibió “permite visibilizar a nivel internacional el trabajo que se hace en Argentina y, en particular, el trabajo de las mujeres en ciencia y tecnología.
Hallberg, este año, fue reconocida con el Premio San Salvador, que la Municipalidad de la Capital entrega a los ciudadanos más destacados por su compromiso y quienes representan lo mejor de Jujuy.
Para cerrar esta columna en relación a los estudiantes y su “Gran Fiesta Nacional”, tengo una ¡verdadera sorpresa!, una carta de Karen Hallberg, que recibí de un amigo de siempre, el ingeniero electrónico Hugo Alabí, que reside en San Pablo (Brasil) y le pidió a su amiga Karen que escriba unas palabras para Histoletras, dirigida a todo el estudiantado de Jujuy, por la Fiesta Nacional de los Estudiantes 2023. A continuación, la carta: “Estimado Hugo, muchas gracias por la invitación a escribir sobre mis recuerdos de la Fiesta de los Estudiantes.
El recuerdo más vívido que tengo de la Fiesta de los Estudiantes de 1980 es el compañerismo. Estábamos todos detrás de un proyecto, el de hacer una linda carroza que nos representara, con un mensaje juvenil y esperanzador. Al mismo tiempo elegíamos a quienes iban a representar a los estudiantes. Tuve el honor y la enorme alegría de haber sido elegida para ello, por lo que estaré eternamente agradecida. Me acuerdo de que lo primero que se me cruzó por mi joven mente de 16 años fue un sentimiento de agradecimiento y de responsabilidad hacia todos mis compañeros, hacia el estudiantado jujeño y hacia todo el pueblo de mi querido Jujuy. Vestía un vestido azul con lentejuelas, volátil, etéreo, que todavía guardo como un tesoro, diseñado por Jorge Cosentini con amor. Fue un regalo de mis compañeros de colegio. Para mí tuvo un significado muy especial, que todavía guardo en mi corazón. La FNE (Fiesta Nacional de los Estudiantes) es única en el mundo. He tenido la suerte de viajar mucho por mi profesión y no he visto nada comparable. Ojalá ese espíritu de amistad y compañerismo joven que la caracterizan, de colaboración y de respeto, de trabajar mancomunadamente en pos de un objetivo común, perduren por siempre. Un abrazo, Karen”.