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Autoestima, base de todo y todas nuestras relaciones

Sabado, 16 de marzo de 2024 09:36

Vivimos en una cultura de reforzamiento negativo.

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Vivimos en una cultura de reforzamiento negativo.

La forma de dominio es la anulación de los propios poderes

Los humanos caen en los juegos del miedo y la inseguridad y ceden su poder.

Se quedan atrapados en ilusiones, como en los juegos de magia donde se lleva la atención lejos de donde suceden las cosas.

No tenemos el poder sobre lo macro, pero desde lo micro hacemos lo mismo que hacen aquellos que criticamos.

Recortamos presupuestos por ejemplo en la sana alimentación, en el descanso, en la nutrición personal y desplazamos energía a cuidar la imagen, adquirir cosas que no necesitamos, nos juntamos con quienes no suman, quedamos en relaciones por mantener status. . .

¿Qué vida queremos vivir? ¿Qué estamos dispuestos a hacer para generarla?

¿Por dónde pasan mis conversaciones? ¿Hago algo con estas conversaciones? ¿Afecto o transformo la realidad? ¿Sólo pierdo energía mirando el afuera, incrementando la impotencia; perdiendo de vista la observación sobre el fragmento de realidad donde sí tengo poder?

Preguntas, siempre fueron llaves a otras dimensiones.

Partí este texto hablando de la cultura, porque quería dar un contexto a un tema vertebral: “La autoestima”.

Siempre que observemos un elemento es preciso, a fin de tener una lectura real, mirar el trasfondo donde se gestan, sostienen y crean las realidades.

En este contexto, de una cultura que ha privilegiado el refuerzo de lo negativo, la exigencia como camino en lugar de la excelencia hemos nacido y crecido.

La autoestima está compuesta por un aspecto emocional: cómo me siento conmigo mismo, el afecto que me tengo y por otro lado con un aspecto cognitivo relacionado al autoconcepto: “lo que pienso de mí mismo”, “cómo me veo”.

 Por su supuesto hay una estrecha relación en cómo me pienso y percibo y cómo me siento. Si siempre estoy en la comparación, en la desvalorización, en “que hubiera pasado si yo. . .”; mi sentir conmigo mismo será negativo. Y a esa emoción de rechazo de mí mismo, le seguirá un hacer coherente a ese estado de ánimo, que cual lente teñirá todas mis experiencias, las sesgará y me mantendrán en una prisión, oscura, solitaria, empobrecida y limitante de mí mismo.

Nathaniel Branden define la autoestima como la predisposición a experimentarse como competente para afrontar desafíos de la vida y como merecedor de felicidad.

Aprendemos la autoestima como podemos confiar en nosotros mismos y abrirnos a la experiencia, a la incertidumbre, sabiendo que tenemos todos los recursos para afrontar y lo que no tenemos podemos gestionarlos. Es tener certeza de lo que merecemos, de nuestra dignidad. Conocernos y respetar nuestras necesidades.

La autoestima es la base de todo y la base de todas nuestras relaciones. Sin autoestima no hay sociedad sana. La autoestima es la visión más profunda con nosotros mismos. Esto implica un camino de responsabilidad. Poder mirarme con mis propios ojos de amor, soltando viejos juicios, formas y tratos que recibimos y marcaron nuestras vidas.

¿Cómo sabemos que estamos en una autoestima saludable?

Estamos en paz. No hay conflicto con el entorno. No me siento atacado ni ataco.

Disfrutamos tanto de la soledad como del encuentro.

Nos permitimos experimentar placer, disfrute.

Nuestra comunicación es pacífica, incluso en la confrontación pues hay asertividad.

Hay un equilibrio entre el dar y el recibir.

Estamos abiertos tanto al reconocimiento como a la aceptación de nuestros errores, dado que la conexión es con la responsabilidad y no con el perfeccionismo. Estos por mencionar algunos.

Es importante destacar que la autoestima es una responsabilidad adulta y que es un aprendizaje que se desarrolla desde la conciencia. Y que los adultos llevamos la responsabilidad de poder acompañar nuestros niños y jóvenes a desarrollar una autoestima sana. Como todo aprendizaje, lo que impacta y se copia es aquello que se vive y profesa.

¿Cómo es tu autoestima?

¿Cómo te ves? ¿Cómo afecta tu visión de vos mismo con los resultados que tenés en la vida, lo laboral, lo sentimental, lo económico?

¿Qué ven los demás cuando te ven?

¿Qué pasos querés dar para que tu presencia sea una inspiración que cree bienestar?

(*) Licenciada en Psicología; coach ontológico profesional;

Magister en Salud Pública con mención en Atención primaria de la salud; especialista en Salud Pública; consteladora; facilitadora en procesos de comunicación, resolución de conflictos, expansión de la conciencia, liderazgo; coordinación de grupos y conciencia de redes; y facilitadora en entrenamientos a líderes en gestiones de oratoria y comunicación.

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