Editorial El Demiurgo ha publicado este año libros que suman, y mucho, a una producción local de gran calidad que, precisamente, por falta de proyectos como los que emprendió Rolando Vargas, no llega a las manos de los lectores. La labor de editar implica amor por la literatura, por los hombres y mujeres que escriben y leen. La posibilidad de ser un nexo en ese espacio inconmensurable es, de por sí, inestimable.
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Editorial El Demiurgo ha publicado este año libros que suman, y mucho, a una producción local de gran calidad que, precisamente, por falta de proyectos como los que emprendió Rolando Vargas, no llega a las manos de los lectores. La labor de editar implica amor por la literatura, por los hombres y mujeres que escriben y leen. La posibilidad de ser un nexo en ese espacio inconmensurable es, de por sí, inestimable.
En la última Feria del Libro de Salta, "Haikus de la Puna", de Alejandro Luna; "Puro murmullo", de Rosa Machado; "Algunos sueños y otras muertes", de Cristian Adet y "Jaula de intemperies", de Rolando Vargas fueron presentados, y más recientemente "Kuky. Textos recobrados", de Alejandro Morandini. Editorial El Demiurgo hizo esos libros. El Tribuno dialogó con el poeta, editor y gestor cultural sobre su oficio.
¿Por qué editar libros?
Esa pregunta me la hago a menudo. No es un contexto favorable... Por un lado la crisis general y, específicamente, la del sector debido a la suba de costos en papel e insumos asociados a la imprenta. En un congreso de editores y libreros en La Rioja, la Cámara Argentina del Libro expuso los costos y como vedete en la tabla figuraba el papel, cuyas subas no guardaban correspondencia con la inflación ni con el dólar. Cuando se desregula el mercado y se promueve la absoluta libertad de las empresas, conviene pensar en experiencias fallidas: si nadie pone coto a la ambición, se dispara. Volviendo a la pregunta, tendrían que existir poderosas razones para perseverar; en mi caso, creo que es pulsional. Desde que tengo memoria, los libros son un fetiche para mí, debo tenerlos cerca. Me hice restaurador de libros, puse un taller de agendas artesanales. Trabajo desde siempre con el papel. Un agregado es que también escribo. Es como cerrar un círculo o unir vertientes en las pasiones de mi vida. Los libros me han dado un propósito. Los leo, los restauro, los escribo y ahora… los edito y publico.
"Los libros me han dado un propósito. Los leo, los restauro, los escribo y ahora… los edito y publico".
Nombrame algunos títulos publicados por El Demiurgo.
El primero fue "Ostracismos", de Lucrecia Coscio, libro objeto en forma de palimpsesto, con aires andinos. Luego vino "Deserciones" en 2021 de Fernanda Agüero, después llegó un libro conjunto de cuento y teatro de Raqel Escudero, "Memoria Colectiva" y "Volveré y seré millones". Más tarde apareció la novela "Kelloticar", policial de Carlos Müller. Después apareció otro de Lucrecia, "Fembras", como uniendo épocas y ya en un formato destinado a habitar una biblioteca y las manos del lector. Luego llegó el último libro de Rosa Machado, reconocida poeta de nuestras tierras, "Puro murmullo", fue un lujo editarlo. Se presentó en la última feria del libro de Salta, donde también tuve el gusto de poder presentar otros tres títulos que salieron en octubre: "Algunos sueños y otras muertes", de Cristián Adet, y "Haikus de la Puna", de Alejandro Luna. Debido a nuestra amistad estaría inhabilitado de prodigarles elogios creíbles, pero digo con toda la saña que me permite el afecto, que estoy orgulloso de haber podido editarlos, son dos grandes aportes a nuestras letras. Y por último en la tríada, mi ópera prima "Jaula de intemperies", un bestiario alegórico de dudosas virtudes poéticas, pero que al menos guarda el acierto de haberme promovido de las filas de autores inéditos. Y por último, el 10 de diciembre y coincidiendo con el Día Internacional de los Derechos Humanos, publicamos la recopilación de Alejandro Morandini "Kuky, textos recobrados". Un necesario trabajo de rastreo, búsqueda, y selección de textos críticos que Teresa Leonardi escribió en numerosas publicaciones. Atento a por qué publicar, estos son los libros que uno agradece al oficio. La Kuky, como la conocemos todos, ingresa por la puerta viva de sus letras y transita una vez más entre nosotros. Su ausencia se siente menos al leerla...
Cada libro y cada autor fue llegando al cabo de un trabajo. Cada libro fue una publicidad en sí misma, un boca a boca para que llegara otro. Lo cual es una doble satisfacción, la de la tarea bien lograda, que promete y augura la siguiente. Este oficio es un constante aprendizaje. Debido a que estoy a cargo de todo el proceso del libro, desde su fase embrionaria. En el Demiurgo se diseña, se maqueta, se diagrama, se inscribe, se imprime, se encuaderna, y ahora también, se vende el libro que se edita bajo su cuidado.
"No es un contexto favorable (para publicar)... Por un lado la crisis general y, específicamente, la del sector debido a la suba de costos en papel e insumos asociados a la imprenta".
¿Por qué el nombre de tu sello?
El nombre El Demiurgo nace de mi taller de encuadernación, se lo puse cuando era estudiante de Filosofía en la UNSa. En alguno de los diálogos, Platón lo propone como el artífice del universo, un dios que al modo de un artesano, confeccionó el Cosmos, lo que los antiguos griegos entendían como el todo ordenado y bello, la inteligencia detrás de lo inanimado. En su momento me pareció seductor el término, el personaje y su significado. La traducción puede ser artesano, creador, o hacedor. Pienso que de algún modo hacer un libro es crear un microcosmos de sentidos...
¿Qué pasos tiene la edición?
En general el trabajo comienza con un archivo de word o pdf, más o menos organizado, pero en un formato que está lejos de ser un libro. De ahí hay que elegir la fuente, diagramar, maquetar y organizar la disposición del texto. Si el libro no tiene diseño de tapa, se puede proponer o acordar un diseño con el autor. En general, uno tiene o pretende un estilo que le dé identidad al sello. Trabajando en el rubro uno entiende que un libro no es una parición solitaria, sino que muchas manos y miradas hacen de obstetra. Y la mirada del editor es importante aunque no definitiva, porque uno tampoco es un lector infalible ni exegeta del mercado.
¿Cómo se compone tu catálogo?
Hay cuento, teatro, novela, ensayo y, fundamentalmente, poesía. Quizás por una cuestión de vecindad de oficio, debido a que escribo poesía siento más afinidad con ella. La idea es hacer un catálogo a futuro de títulos relevantes con autores y autoras cuya producción sea valiosa. Hasta ahora todos los autores son salteños o producen en Salta, pero esto no es un requisito ni una limitación arbitraria, aunque reconozco que de momento me interesa editar lo que se produce en la provincia. Cuando hago un libro no pienso si se venderá o no. Pienso qué noticia nos trae desde el fondo de la condición humana.
¿Dónde se consiguen?
Los distribuyo personalmente, mano a mano, puerta a puerta. Los autores cuentan con sus ejemplares que venden u obsequian. Y también en Doce Letras y en la Sombra de la Rosa. Estuvieron en la última edición de la Feria del Libro, y la idea es hacer un corredor de ferias, donde puedan estar presentes todos los títulos.
"Cuando hago un libro no pienso si se venderá o no. Pienso qué noticia nos trae desde el fondo de la condición humana".
¿Cómo te preparás para el 2024?
Con los ojos abiertos y las manos alertas, esperando los embates de las medidas económicas. Va a ser un año difícil, que nos va a encontrar comprometidos y dispuestos a todos los sectores de la cultura para tratar de revertir el caos en que nos quieren sumir. Uno no puede pensar aisladamente cómo salvarse. Esta es una barca donde todos debemos remar y apuntar a un mismo horizonte. En cuanto a la editorial, tengo ya proyectos y algunas propuestas, y espero a que maduren para comunicarlas. Este último fin de año ha sido muy intenso. Edité cinco libros desde octubre a esta parte y eso requiere de una organización y economía de energía que espero mejorar. Quisiera mencionar que el libro de Morandini sobre Kuky y mi propio poemario gozaron del apoyo del Fondo Nacional de las Artes. Y en este momento el FNA y otros organismos de fomento de la cultura y la creación artística están siendo atacados por el Gobierno nacional. A las balas de goma y las leyes insanas habrá que responder con letras humeantes y palabras candentes. Espero poder colaborar desde la editorial en esa trinchera. Es mi deseo para este 2024.